
Elena ha tocado fondo. Ya se ha fundido oficialmente lo que iba guardando moneda a moneda de su último segundo trabajo porque con los 850€ que gana trabajando en el de siempre, 40 horas semanales no es que no llegue a fin de mes; es que no llega al día 5. Justo cuando le ingresan la nómina, los casi 600€ de hipoteca, 150 de coche, 75 de parking y recibos de teléfono, luz, agua, gasolina… No es cuestión de organizarse sino de que un sueldo no le basta y con 2 andaba justa.
Protesta y se lamenta de que no encuentra “otro trabajo para las mañanas” como lo llama ella y yo no puedo evitar contestarle “o uno sólo pero que te paguen con justicia”.



Marta se ha marchado al culo del mundo (en serio, nadie se puede ir más lejos aunque bien mirado, seguro que aquella es ahora la cara del mundo y el culo enfoca exactamente al lugar en el que estamos). Está dando clases en la universidad cobrando más de un 1000% de lo que le pagaban aquí en una academia porque ¿una universidad? A pesar de sus dos carreras y toda su experiencia es absolutamente impensable. Sus padres no entienden que esté tan lejos. Sueñan con que encuentre algo aquí.

Y mientras yo, ¡soy “empresaria”! Aunque no me pidáis que os explique el concepto de “mi empresa” porque ahora mismo no sería capaz. Dejadme mejor que os ponga un ejemplo: a todas ellas las conozco de que en algún u otro momento habían trabajado conmigo ¡hasta mil contratos al año llegué a hacer! Y ahora hago cero… Creo que eso lo explica todo. Pero también creo que el concepto “empresa” o “trabajo” hemos de reinventarlo entre todos. Creo que «todo esto» tiene que servir para algo ¿para qué? Aún no lo sé pero, ¿qué otra alternativa tenemos, más que buscar algo en lo que creer? La cuestión es que yo también ando buscando un lugar donde volver a sentir que mis manos son efectivas, totalmente convencida de que detrás de esto hay una oportunidad para crecer.
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Forges, ese genio que tantas horas de placer me ha dado |
Porque aunque me he inventado los nombres, a las personas no ¡las personas existen! Sólo una de nosotras figura en las listas del paro de modo que cuando veo esas tristes cifras de “1 de cada 4 españoles está parado” sé que no es cierto, sé que en realidad son muchos más. Algunas de estas españolas están incluso pululando por mi casa. Todas, como yo, llevan un cartel pintado en la frente de “mujer blanca soltera busca… algo a lo que agarrarse, algo en lo que creer”.
Carlos me contó
que a su hermana Isabel
sin saber por qué.
No le dieron ni las gracias
porque estaba sin contrato.
Aquella misma tarde fuimos a celebrarlo:
ya no tendrás que soportar
al imbécil de tu jefe
ni un minuto más.
Son mis amigos,
en la calle pasábamos las horas
son mis amigos,
por encima de todas las cosas…
Me encanta!!!!
=)
La de la cara del mundo…
Algunas de estas españolas han dormido en tu sofa….
Real Academia Española (esa GRAN amiga mía):
Tipo; del latín typus, modelo, ejemplar. También persona singular.
¡Qué sí, qué vale, que me había colado! 😉 y me alegro mucho de que tanta sabiduría esté concentrada en una fémina. Conozco "asín" de mujeres sabias. Sigue leyendo mis post y verás como hablo de muchas 😉
No era un tipo Ayn Rand sino una mujer!
http://www.aynrand.org (English)
https://es.wikipedia.org/wiki/Ayn_Rand (Español)
Este tipo sí que sabía. Gracias por opinar y ¡por leer! Ay, si se leyese más en este país…
Una espléndida radiografía de una nación en decadencia y en claro retroceso social. En los últimos 10 años en España se ha ido descendiendo a unos niveles de Derechos Sociales propios del Siglo XIX… en pleno Siglo XXI…
"Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada." Fuente: "La rebelión de Atlas" (1950) Ayn Rand.