A los franceses les debemos la invención del bidet pero también de la ‘izquierda’ y la ‘derecha’.
Corría el año 1789 y la Revolución Francesa por el hartazgo de campesinos y mercaderes de mantener la corona a base de sangrantes impuestos, mientras los aristócratas y el clero estaban exentos porque su lugar en el mundo era otorgado por Dios.
También se encomendaba a Dios Luis XVI, a quien la Asamblea Nacional Constituyente juzgaba por 42 delitos. A la derecha se sentaba la gran burguesía que abogaba por defender el feudalismo (división de la sociedad entre nobleza, clero y campesinado). Acabar con todas las ensoñaciones progresistas de ‘libertad, igualdad y fraternidad’ y retornar a la añorada edad media. A la izquierda, agricultores, intelectuales y filósofos: los ilustrados. Les hago espóiler: El ex rey acabó en la guillotina.
Quedaba así establecido que la inviolabilidad de un monarca lo es pero no tanto y que son caminos irreconciliables los de izquierdas y derechas.
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